Pollo y alcachofas en salsa de vino

Esta receta tiene un sabor tan delicioso que nunca sospecharías que es súper fácil y económico. Y lo mejor de todo, es que esta salsa de vino, que es la que le aporta el toque original al plato, se puede utilizar con otros ingredientes, como por ejemplo en un pescado como la dorada.

El vino en la salsa une el plato y lo eleva más allá de la suma de sus partes. Yo he utilizado un vino blanco seco normalito, no hace falta que os gastes un pastón, pero que tampoco sea el más barato de tetrabrick.

Pollo y alcachofas en salsa de vino

Se pueden utilizar corazones de alcachofa congelados o en lata, o cualquier otra verdura o vegetal congelado o fresco.

Me gusta cortar el pollo en trocitos más pequeños que la alcachofa, para que quepa perfectamente en la boca.
El plato final es aterciopelado y cremoso (sin utilizar nata, por supuesto), y fragante con el vino y el sabor picante de las alcachofas.

Ingredientes para 4 personas:

Procedimiento

Corta los corazones de alcachofa por la mitad longitudinalmente. Trocea el pollo en pedazos del tamaño de un bocado.

En otro recipiente mezcla la harina con una cucharadita de sal y una generosa cantidad de pimienta negra. Enharina los trozos de pollo con la mezcla de harina hasta cubrirlos completamente.

Pon una sartén grande a fuego medio-alto y añade 1 cucharada de mantequilla y 1 cucharada de aceite de oliva. Cuando esté caliente incorpora los corazones de alcachofas y sofríelas durante 5 minutos o hasta que estén ligeramente dorados por todos los sitios. Saca las alcachofas a un plato y resérvalas.

Añade a la misma sartén 1 cucharada de mantequilla y 1 cucharada de aceite de oliva. Sacude la harina a sobrante del pollo y añádelo a la sartén. Fríe el pollo durante 5-7 minutos o hasta que estén bien dorado por ambos lados. Incorpora las alcachofas de nuevo a la sartén.

Vierte el vino blanco en la sartén y remuévelo todo. Si hay una costra en la base de la sartén, despégala con una espátula. Reduce el fuego al mínimo y deja que se cueza todo a fuego lento durante 8 a 10 minutos, hasta que la salsa se espese. Remueve bien todo para que todos los ingredientes se bañen con la salsa de vino.

Agrega unos cuantos chorritos de jugo de limón fresco, y ya estaría listo. Este plato se puede servir con pasta o cuscús. Al final, decóralo con perejil picado por encima.